domingo, 22 de febrero de 2015

¿Por qué nos mojamos hasta los huesos?

¿Por qué, Claudia y yo nos mojamos hasta los huesos el 18 de febrero?

Las instituciones... la "juridicidad"... el respeto por "el otro"... no son palabras para pequeña campaña electoral...

Primero debo decir que no me opongo a este gobierno nacional por los mismos motivos que los conservadores agazapados en algunos grupos de poder que, en su momento, fueron "parte" activa y principal de este gobierno.

Me opongo a este gobierno no por lo que dice que quiere y hace sino por lo que "realmente" quiere y hace (y cómo lo hace).

Estoy a favor a la inclusión social, de la presencia del estado en la economía para procurar nivelar las desigualdades. No estoy a favor que la corrupción se enseñoree de la acción pública y manche, como aceite, toda acción de gobierno.

Sí estoy a favor de que haya planes sociales... No estoy a favor de la esclavitud que significan planes que generan dependencia de conciencia y atentan contra la dignidad de los beneficiarios.

No leo Clarín, porque manipula a sus lectores (lo hizo siempre, a favor de la dictadura, contra Alfonsín, a favor del meneminsmo, a favor de éste gobierno hasta 2008... en que se pelearon por plata). Este grupo de comunicación es solamente el "boletín informativo" de grupos de intereses muy poderosos... que siguen y (tal vez) sigan haciendo "negocios" a costa de los ciudadanos de a pié.

Respeto y quiero a muchos militantes oficialistas que han demostrado con su vida y su compromiso su sinceridad y buena voluntad. La cosa no es con ellos... ellos también son víctimas como lo he sido yo de algunos dirigentes a los que apoyamos alguna vez.

Creo en la vigencia de las instituciones republicanas, en la división de poderes y en el respeto por la autonomía de cada poder. Es un principio que se impuso en la constitución para que, "ni ebrios ni dormidos" se vuelvan a los abusos que vivió el país durante todas las dictaduras.

Por esas instituciones hemos participado de la marcha del día 18 de febrero. No por "esos" funcionarios judiciales, ni siquiera por el fiscal asesinado... Marchamos porque no puede tolerarse que al que investiga, con razón o sin ella, se le pegue un tiro en la sien.... No puede tolerarse, por las instituciones, no por las personas que las integran.


Ese día salimos... sabiendo que íbamos a mojarnos. ¿Por qué? ¿Por la convocatoria de unos fiscales? ¿Por solidaridad por la muerte de un fiscal que estaba a punto de presentar un trabajo de investigación en que se cuestionaban seriamente medidas de gobierno?  No, por mucho más, por los símbolos...

Los símbolos son importantes, indican realidades o anhelos profundos... La división de poderes, la justicia independiente, la libertad... esas Grandes Palabras que debemos, día a día, hacer realidad "para nosotros, para nuestros hijos..."

Como salimos durante la dictadura... como salimos en Semana Santa de 1987, en enero de 1988, en diciembre de 1988 y en diciembre de 1989... En la marcha contra los indultos de Menem (¿se acuerdan de este actual senador oficialista?).  A ponerle el pecho al autoritarismo.

A Claudia y a mí no nos van a enseñar progresismo estos fascistas, chantas hacedores de negocios para beneficio personal. Tenemos la vida (con patinadas y contradicciones, sí) para demostrarlo.

No salimos a apoyar ningún golpe... salimos a "aguantar" el golpe. El golpe que pretenden dar buscando impunidad para sus negocios... para su tergiversación hipócrita de la historia... Nosotros metimos en cana a los jerarcas golpistas, a los que pretendieron violentamente revoluciones que nadie les pidió, a López Rega (¿se acuerdan?). No nos corran con "hubieran pedido justicia a la dictadura", porque la pedimos y nos bancamos las consecuencias... ¿O se adueñaron del medidor de compromiso democrático?

Que los radicales estamos enroscados en luchas mediocres por pequeños jironcitos de poder... es verdad. Es nuestra crisis, es la crisis de la política como la tiene el oficialismo (en todas sus variantes), aunque desde el poder. Asumir esta “crisis de la política” es esencial. Y hablamos de política al estilo yrigoyeneano (una “religión laica”), un servicio a la comunidad, no una “actividad comercial” más. Esta crisis nos atraviesa a todos y mejor que la resolvamos antes que los jefes mafiosos asuman directamente el poder, sin testaferros.

Pero dejen de matar al mensajero.

El asunto es más importante que apoyar o no a un gobierno. Estamos ante la integridad de la república y sus instituciones.