lunes, 19 de enero de 2015

Un hilo conductor, la bomba ha vuelto a explotar.

Sí, hay un hilo conductor en muchos hechos de la historia contemporánea que hoy, como cuando las arenas desentierran ruinas o cuerpos muertos, sale a luz.

Argentina estuvo vinculada con el autoritarismo violento desde hace mucho. En el siglo veinte, apenas terminada la segunda guerra recibió a muchos fugitivos, vinculados con las masacres nazis. Algunos, como el Dr. Josef Menguele, con documento de identidad a su nombre... como respetables ciudadanos.

En 1992 y 1994 actos terroristas incalificables y, llamativamente, jamás esclarecidos generaron muertes en la Embajada de Israel en Buenos Aires y, el más grave, en la Mutual Amia de la calle Pasteur en la ciudad de Buenos Aires.

Recuerdo aquella mañana de 1994, cuando se da la noticia en una radio del conurbano en la que ra invitado a un programa (debido a mis funciones como concejal radical en aquellos años). Dije lo mismo que hoy, somos un país con el vergonzoso privilegio de albergar criminales nazis y que tiene una seria presencia de antisemitismo y prejuicios raciales y sociales insertados en la población. País lleno de fascistas había dicho Oriana Falacci en 1981... y  tuvo razón.

Hoy vuelve a explotar la bomba de la Amia... hoy es un tiro de calibre 22 en la sien de la conciencia argentina.

Tenemos un nuevo mártir de la verdad y de la justicia, como Leandro Alem, como Enzo Bordabehere, como don Lisandro de la Torre...

El Dr. Alberto Nisman nos reclamará a cada ciudadano por su muerte, que la indiferencia no nos deje cómodos viendo televisión.

Es un momento grave para las instituciones, señores legisladores tienen un deber que cumplir.

Amen