martes, 30 de octubre de 2012

DISCURSO DEL DOCTOR RAÚL ALFONSIN EN LA PLAZA DE LA REPÚBLICA, EL DÍA 27 DE OCTUBRE DE 1983.

Reproducimos el discurso de Raúl Alfonsín. Es largo , la letra es chica... igual pedimos el esfuerzo de leerlo y analizarlo (vayamos dejando esta "cultura de ciento cuarenta caracteres que promueve la superficialidad y la falta de matices...). Nuestro recuerdo emocionado al retorno a la democracia no solamente de Argentina sino de todo el cono sur de América...



Alfonsín en San Miguel, pocos días antes del 30 de octubre.
Se ve a Don Alfredo Olachea, uno de los "artesanos" locales
del retorno y consolidación de la democracia. 

ARGENTINOS:

Se acaba la dictadura militar.  Se acaba la inmoralidad y la prepotencia.  Se acaba el miedo y la represión.  Se acaba el hambre obrero.  Se acaban las fábricas muertas.  Se acaba el imperio del dinero sobre el esfuerzo de la producción.

Se terminó, basta de ser extranjeros en nuestra tierra.

Argentinos, vamos todos a volver a ser los dueños del país. La Argentina será de su pueblo.  Nace la democracia y renacen los  argentinos .

Decidimos el país que queremos; estamos enfrentando el momento más decisivo del último siglo.

Y ya no va a haber ningún iluminado que venga a explicarnos cómo se construye la República.  Ya no habrá más sectas de "nenes de papá", ni de adivinos, ni de uniformados, ni de matones para decirnos lo que tenemos que hacer con la Patria.

Ahora somos nosotros, el conjunto del pueblo, quienes va a decir cómo se construye el país. Y que nadie se equivoque, que la lucha electoral no confunda a nadie; no hay dos pueblos.  Hay, dos dirigencias, dos posibilidades.  Pero hay un solo pueblo.

Así, lo que vamos a decidir dentro de cuatro días es cuál de los dos proyectos populares de la Argentina va a tener la responsabilidad de conducir al país. Y aquí tampoco nadie debe confundirse.  No son los objetivos nacionales los que nos diferencian sino los métodos y los hombres, para alcanzarlos.

No es suficiente levantar las banderas de justicia social, hay que construirla y hacer que permanezca.  Las conquistas pasajeras, frágiles, las borran de un plumazo las dictaduras.  Y entonces, es el pueblo el que paga los errores de los gobiernos populares.

No puede haber más equivocaciones. Hay que saber gobernar  a la Argentina.  Este no es un tiempo para improvisar, para debilitarse en luchas internas.  Hay demasiado trabajo que hacer para que se carezca de la unidad de mano necesaria para enfrentar todos los problemas que nos deja la dictadura.

No alcanza declamar la libertad.  Hay que tener historia de libertad para poder asegurarla. Si no vuelve el silencio, la represión y el miedo.

Lo que vamos a decidir es cuál de los dos proyectos populares está en mejores condiciones de lograr la libertad y la justicia social sin retrocesos, para éstas y las próximas generaciones de argentinos.

Los más altos dirigentes Justicialistas han dicho que las elecciones no las ganará ningún candidato sino que las va a ganar Perón, así como el Cid Campeador venció muerto una batalla.

Me pregunto como se preguntan millones de argentinos, entonces ¿ quién va a gobernar en la Argentina?  Y me lo pregunto al igual que millones de argentinos, porque todos recordamos muy bien lo que ocurrió cuando murió Perón.

En ese momento se produjo una  crisis de autoridad que ocasionó grandes daños al país.  En esos años hubo quienes tomaron decisiones desacertadas, hubo quienes actuaron irresponsablemente, hubo quienes precedieron con buena voluntad y hubo quienes lo hicieron de manera criminal. Pero lo cierto es que sucedía algo más importante: nadie sabía realmente quién gobernaba en verdad a la Argentina.  La crisis de autoridad creada por la muerte de Perón, al no poder ser resuelta por el partido gobernante, colocó a la Nación más allá de la voluntad, e incluso de la buena voluntad de los que deseaban fervientemente consolidar un gobierno popular al servicio del pueblo.

Asistimos entonces a un caos económico, al desorden social y a la escalada de la violencia.  El llamado Rodrigazo inauguró hiperinflación y la especulación más desenfrenada.  Esta inflación galopante, desatada en junio de 1975, implicó un despojo cotidiano sobre todos los salarios. La reacción justa e inevitable de los trabajadores ahondó un creciente desorden social.

Entretanto la acción de las 3 A, desplegada con toda intensidad e Impunidad, había suscitado un clima de violencia generalizada.  Sobre este telón de fondo, en medio del caos económico y el desorden social, nos vimos envueltos en un juego enloquecido de terrorismo y represión que se fue ampliando de manera incontenible.

Nadie podrá reprochar jamás al radicalismo haber echado leña al  fuego en esos años de desorientación y crisis.  El radicalismo no Intentó aprovecharlos en su favor sino que puso todo su esfuerzo para que se mantuvieran las Instituciones de la República.

Pero la crisis de autoridad suscitada por la muerte de Perón resultó lnmanejable y tuvo consecuencias trágicas.  La más evidente, que todos sufrimos, fue la de ofrecer el pretexto esperado por las minorías del  privilegio para provocar el golpe de 1976 y sumir a la Nación Argentina en el régimen más oprobioso de toda su historia.

Vinieron con el pretexto de terminar con la especulación y desencadenaron una especulación gigantesca que desmanteló el aparato productivo del país, empobreció a la inmensa mayoría de los argentinos y enriqueció desmesuradamente a un minúsculo grupo de parásitos.

Vinieron con el pretexto de evitar la cesación de pagos ante el extranjero y endeudaron al país en forma que nadie hubiera podido Imaginar y sin dejar nada a cambio de una deuda inmensa.

Vinieron con el pretexto de eliminar la corrupción y terminaron corrompiendo todo, hasta las palabras más sagradas y los juramentos más solemnes.

Vinieron con el pretexto de restaurar la tranquilidad y se ocuparon de Imponer el temor a la Inmensa mayoría de los argentinos.

Vinieron con el pretexto de Instaurar el orden y acabar  con la violencia y desataron una represión masiva, atroz e ilegal acarreando un drama tremendo para el país, cavando un foso de sangre deliberadamente impulsado por algunos grupos privilegiados con el designio de enfrentar definitivamente a las Fuerzas Armadas con el pueblo argentino a fin de entorpecer o impedir la vialidad de cualquier futuro gobierno popular.

Vinieron con el pretexto de imponer la paz e Incitaron a la guerra, hasta que, usando las aspiraciones más legítimas y sentidas por todos los argentinos, se embarcaron irresponsablemente en el conflicto de las Malvinas.

Nadie puede imaginar que sea responsable de estas tragedias la masa de hombres y mujeres argentinos que creían en Perón. Por el contrario, ellos, como la inmensa mayoría de los argentinos, han sido las víctimas de tales males.

Pero sería irresponsable no reconocer que la crisis de autoridad que siguió a la muerte de Perón desemboco en una situación inmanejable para el partido entonces gobernante.  Así cundieron el desconcierto y el descreimiento y se dejó el campo libre para la aventura del  régimen militar y los intereses espurios, de adentro y de afuera, que se encaramaron en el poder.

Es una lección amarga que los argentinos no podemos ni debemos olvidar porque sino las desgracias volverán a repetirse. Detrás de esa lección hay otra más profunda que tampoco deberemos olvidar. La crisis de autoridad que se vivió al morir Perón abrió una disputa por el poder en la que predominaron la prepotencia y la violencia.  Pero con la prepotencia y la violencia no hay gobierno posible para el pueblo argentino: con ellas sólo se benefician los pequeños grupos que las manejan mientras casi todos los argentinos se perjudican.  Peor aún: por ese camino corremos el peligro de quedarnos sin país.

Porque la violencia y la prepotencia son las que nos impiden construir.  Es la prepotencia y la violencia alternativamente ejercida por uno y otros grupos minoritarios, ya sea la violencia física, económica, social, o política, la que nos obliga a comenzar siempre de nuevo, la que viene a destruir lo que a duras penas levantamos un día y nos fuerza a empezarlo otra vez al día siguiente. ¿Qué industria vamos a tener si cada dos o tres o cuatro años las fábricas se cierran y pasan otros tantos años para abrirlas otra vez y recomenzar casi de cero? ¿Qué sindicatos vamos a tener si los trabajadores se ven entorpecidos desde afuera o desde adentro para construirlos y perfeccionarlos a través del tiempo por su libre decisión, ejerciendo con pasión pero con tranquilidad la crítica que permite corregir errores y mejorar las cosas? ¿Qué educación vamos a tener si la intolerancia y la prepotencia lleva periódicamente a echar maestros y profesores, a cerrar aulas y laboratorios, a destruir una y otra vez en pocos días los que tanto trabajo y tantos años cuesta levantar en cada ocasión? Y así podríamos seguir con cada tema, con cada actividad. ¿Cómo nos vamos a quedar inermes ante los Intereses extranjeros si destruyéndonos una y otra vez a nosotros mismos somos incapaces de fortalecernos?

Los argentinos, casi todos los argentinos, tenemos en nuestra boca el amargo regusto de trabajar en vano, de arar en el mar porque periódicamente asistimos a la destrucción de nuestros esfuerzos.

Y todo esto ocurre porque el poder que se puede obtener con la violencia y la prepotencia sólo sirve para lo que ellas sirvan, es decir para destruir.  Es poco o nada lo que se puede construir con la violencia y la prepotencia. Y así es como está nuestra desgraciada nación.

La crisis de autoridad sólo será resuelta restableciendo la autoridad, es decir la capacidad para conciliar, la aptitud para convencer y no para vencer.

Tendremos autoridad porque seremos capaces de convencer, porque estamos proponiendo lo que todos los argentinos sabemos que necesitamos: la paz y  la tranquilidad de una convivencia en la que se respeten las discrepancias y en la que los esfuerzos para construir que hagamos cada día no sean destruidos mañana por la intolerancia y la violencia.

Proponerse convencer solo tiene sentido si estamos dispuestos también a que otros nos puedan convencer a nosotros, si aseguramos la libertad y la tolerancia entre los argentinos.  Proclamamos estas ideas no sólo porque nos parecen mejores sino -y sobre todo- porque sabemos que constituyen el único método para que los argentinos nos pongamos a construir de una vez por todas nuestro Futuro. Esto es, simplemente, la democracia.

Y cuando denunciemos a quienes proponen, de uno u otro modo, perpetuar la violencia, la prepotencia o la Intolerancia como método de gobierno, no queremos ni nos importa denunciar a una o varias personas determinadas. Lo que nos preocupa, y lo que nunca dejará de preocuparnos, es impedir que ese método destructivo siga imperando en nuestra patria, que siga aniquilando los esfuerzos de todos los argentinos, que siga condenándonos, corno nos condenó hasta ahora, a ser un país en guerra consigo mismo.

Hay quienes creen, por tener demasiado metido dentro de sí mismos la prepotencia, o por soñar con soluciones mágicas e inmediatas, que ser tolerantes es ser débiles. Se confunden por completo. Para ser tolerantes y para hacer imperar la tolerancia se requiere mucho más firmeza que para ser prepotentes.

En primer lugar, se necesita firmeza consigo mismo para no caer en la tentación de abusar del propio poder ¡Cuánto mejor estaríamos hoy sí en las Fuerzas Armadas hubiera existido el buen criterio, el correcto criterio de usar las armas que el pueblo les entregó para defenderlo eficientemente contra las fuerzas armadas de otros países y no para ocupar el gobierno de la República!

¿Cuánto mejor estaríamos si casi todos los gobiernos no hubieran cedido a la tensión de declarar el estado de sitio -medida excepcional y extrema según la Constitución- para vencer sus dificultades en vez de procurar convencer a la población, aceptar sus críticas y garantizar el reemplazo pacífico de los gobernantes.

Pero también se requiere mucha firmeza para impedir, de una vez por todas, que vuelvan a triunfar los profetas de la prepotencia y de la violencia.  Después de las desgracias que sufrimos el pueblo argentino entero habrá de impedirlo.  Nunca más permitiremos que un pequeño grupo de iluminados, con o sin uniforme, pretenda erigirse en salvadores de la patria, mandándonos y pretendiendo que obedezcamos sin chistar.  Porque sabemos que sólo podremos levantarnos de estas ruinas que nos oprimen mediante el esfuerzo libre y voluntario de todos, mediante el trabajo oscuro y cotidiano de cada uno.  Ningún obstáculo será insuperable frente a la voluntad inmensa de un pueblo que se pone a trabajar si cerramos definitivamente el camino a la prepotencia y la violencia y la destrucción con la que nos amenazan.

Estas ideas constituyen nuestra primer propuesta básica: que sea claro el método con el que vamos a construir nuestro propio futuro, el método de la libertad y de la democracia.

Nuestra segunda propuesta fundamental, además del método con el que actuaremos, señala el punto de partida del camino que nos propondremos recorrer: el de la justicia social.

Es innecesario reiterar la gravedad de la situación actual del país, la peor de toda su historia.  Pero sí es un deber de todos que hay quienes sufren más que otros.  Nuestro punto de partida, que  sabemos compartido por la inmensa mayoría de los argentinos, apela a un formidable esfuerzo de solidaridad y fraternidad con los que están más desamparados, con los que más necesitan entre todos los que necesitan.  Vamos a construir el futuro de la Argentina y comenzaremos por construirlo ya mismo para quienes menos tienen.

Es por eso que yo hice un solo juramento: no habrá más niños con hambre entre los niños de la Argentina.  Esos niños que sufren hambre son los más desamparados entre los desamparados y su condición nos marca con un estigma que debe avergonzarnos como hombres y como argentinos.

Nuestra apelación a la fraternidad y la solidaridad entre los argentinos es mucho más que un Impulso ético.  Hay en ella un propósito político en el sentido más profundo de la palabra.

Porque la riqueza de un país no está en su territorio ni en sus bienes, ni en sus vacas ni en su petróleo: está en todos  y cada uno de sus habitantes, en todos y cada uno de sus hombres y mujeres. Es el trabajo, la capacidad de creación de los seres humanos que lo habitan, lo que da sentido y riqueza a un país.

Por eso, cuando nos proponemos privilegiar el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más postergados estamos proponiendo rescatar, lo más rápidamente posible, la mayor fuente de nuestra riqueza, el mayor capital de nuestra patria: es la voluntad de terminar con la inacción a que fueron condenados millones de hombres y mujeres para que sumen su esfuerzo a los otros millones de hombres y mujeres que están trabajando.  Es la voluntad de conseguir cuanto antes una mayor igualdad, para que todos los argentinos puedan tener iguales oportunidades de desplegar su esfuerzo creador y contribuir con él al bienestar de todos. Es voluntad de terminar con los que están injustamente relegados porque la sociedad no les ofrece ni les permite lo que debe ofrecerles y permitirles en la Argentina justa y generosa que vamos a construir.  Es la voluntad de acabar con la falta de techo y comida,de educación y de salud que castigan a tantos compatriotas y que nos privan a todos de la contribución que podrían dar a la Nación.  Es la voluntad de terminar con la discriminación ejercida contra nuestras mujeres argentinas por la subsistencia de y costumbres retrógradas.

Ese pueblo unido en el trabajo, en la libertad y en justicia social que vamos a tener constituirá la valla más formidable que los argentinos levantaremos para impedir nuevas frustraciones.

Sobre esa voluntad nuestro gobierno actuará con toda la energía y la firmeza que el pueblo está esperando para que nunca más los pequeños grupos de privilegiados de adentro ni los grandes intereses de afuera quiebren las instituciones y sometan a la Nación.

Y ahí no habrá ninguna antinomia, porque es falso que las haya, como son falsas las acusaciones que Imprudentemente algunos lanzaron.

No habrá radicales ni antiradicales, ni peronistas ni antiperonistas cuando se trate de terminar con los manejos de la patria financiera, con la especulación de un grupo parasitario enriquecido a costa de la miseria de los que producen y trabajan.

No habrá radicales ni antiradicales. ni peronistas ni antiperonistas cuando haya que impedir cualquier loca aventura militar que pretenda dar un nuevo golpe.

Sabemos que, como argentinos, son Innumerables quienes aprendieron que detrás de las palabras grandilocuentes con las que se incitan a los golpes están, ahora más que nunca, la avidez de unos pocos privilegiados dispuestos a arruinar al país y grandes Intereses extranjeros dispuestos a someterlo.

La inmensa mayoría de los argentinos, sin distinciones ni banderas, y el gobierno al frente, terminaran para siempre con cualquier tentativa de recrear la perversa e ilícita asociación de miembros de las cúpulas de las FFAA, formando un partido militar, para aliarse una vez más con la elite parasitaria de la patria financiera a fin de conquistar y usufructuar el poder en su propio beneficio.

No habrá radicales ni antiradicales, ni peronistas ni antiperonistas sino argentinos unidos para enfrentar el imperialismo en nuestra patria o para apoyar solidariamente a los países he manos que sufran sus ataques.

La construcción y la defensa de la Argentina la haremos marchando juntos, aceptando en libertad las discrepancias, respetando las diferencias de opinión, admitiendo sin reparos las controversias en el marco de nuestras instituciones porque así y sólo así podremos lograr la unión que necesitamos para salir adelante.

Una nación es una voluntad viviente y, al igual que los hombres, se templa con las desgracias. Las desgracias que sufrimos nos han templado y ese temple es indispensable para sobrellevar las dificultades que deberemos superar.

¡Y las vamos a superar!.

Tenemos el inmenso privilegio, entre los países del mundo, de disponer de un territorio extenso y lleno de posibilidades que esperan ser explotadas.  Frente a un pueblo que despliegue con vigor su capacidad de trabajo y vaya construyendo piedra sobre piedra su futuro, impidiendo que nadie, nunca más, venga a destruir lo que vaya haciendo, no hay dificultad que no pueda superarse.  Este es nuestro propósito, ésa es la voluntad en que nos empeñaremos todos los argentinos, ése será nuestro gobierno.

Y el símbolo que coronará nuestros esfuerzos, que expresará mejor que ningún otro la autoridad, la paz, la tolerancia, la continuidad del trabajo fructífero de la Nación, lo veremos dentro de seis años cuando entreguemos las instituciones intactas, la banda y el bastón de Presidente a quien el pueblo argentino haya elegido libre y voluntariamente.




lunes, 17 de septiembre de 2012

Espero poder hacerme entender....


Quisiera que estas palabras no sean demasiado largas como para que se enreden en sí mismas ni demasiado escuetas que no terminen de decir lo que quiero.
 
Soy opositor a este gobierno, no soy "destituyente", "golpista" (eso menos que menos),  "oligarca", nada de eso.

 No me opongo a lo que el gobierno hace bien, sino a lo que hace mal, no hace o macanea...  

Trataré de dar algunos ejemplos con la mayor síntesis posible:
 
  • Cuando hablamos de jubilaciones para personas que no tienen aportes, entendemos que es necesario REPARAR una situación de seria injusticia que creó el neoliberalismo (en su primer "ataque" durante la dictadura de Martínez de Hoz y sus agentes militares y, perfeccionada, durante el gobierno de Domingo Cavallo y sus gerentes presidenciales de ambos partidos mayoritarios: Menem y De la Rúa). Hay una gran cantidad de personas que fueron expulsadas del sistema productivo y comercial "legal", empujadas a la marginalidad. Esas personas NUNCA volverían al "sistema" y estaban condenadas a la indigencia. Era necesario hacer eso a pesar de que, haciéndolo, se cometería alguna que otra "injusticia" al permitir que algunos que NO QUISIERON  en su vida activa ser parte del sistema previsional o que NUNCA TRABAJARON, también se vean beneficiados. Este costo es aceptable comparándolo con el beneficio de impedir que muchos pasen su vejez en la indigencia. Pero hay que ser claros en esto, esta debe ser una medida excepcional, tendiente a que, luego, toda la sociedad esté incluída en el sistema previsional y preservemos este sistema como un tesoro. El tesoro de nuestro pasado, honrando a los mayores que no merecen la marginalidad, el tesoro de nuestro futuro y del de nuestros hijos.  

  • La eliminación del sistema de AFJP (sistema "privado" de jubilaciones y pensiones) es una causa de todos, la causa de todos los que luchamos contra su imposición durante los "noventa", cuando "él y ella" aplaudían y participaban de la fiesta. Lo que es inadmisible y digno de ser CONDENADO es la utilización de ese incremento de fondos del sistema  previsional para que EMPRESARIOS AMIGOS vendan baratijas con créditos baratos para ellos y caros para los compradores.

  • La estatización de acciones de YPF es una muestra en el mismo sentido. Los mismos que  participaron, apoyaron y aplaudieron el desguace y enajenación de las llamadas "joyas de la abuela" (Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Yacimientos Carboníferos Fiscales, Empresa Líneas Marítimas del Estado, los astilleros del estado, que construían y exportaban navíos, la Fábrica Militar de Aviones con su aporte tecnológico propio, el desarrollo de cohetes para investigaciones y comunicaciones por el espacio y todos los etcéteras que la memoria no alcanza a decodificar). Resulta que los mismos que destruyeron esto, quieren enseñarnos patriotismo, enarbolando las banderas de los fundadores para sus pequeños y transitorios  negocios personales... NO NOS HAGAN EL CUENTO.
 
  • La Asignación Universal por Hijo  es una muestra más de temas en los que no se debe estar confundidos. ES NECESARIO, al igual que en el sistema previsional, incluir en la sociedad a los sectores que permanecen en la marginalidad. Y es por la educación y la salud de los niños por donde se ha de "asegurar" este esfuerzo de TODA  sociedad (que es la que "paga" la cuenta) administrada por los gobiernos. No es cuestionable EL TÍTULO de la iniciativa sino su implementación y desarrollo. Lo que falla, esencialmente, son los complementos de esta medida. Debe haber un férreo control de TODOS sobre la escolarización y la atención sanitaria de estos niños beneficiados (son ellos los beneficiados, no sus padres...). NO PUEDE ACEPTARSE QUE, ESTANDO VIGENTE UN SISTEMA COMO ESTE. SIGAN HABIENDO NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE, EXPLOTADOS EN TODO SENTIDO POR MAYORES (SUS PADRES  U OTRAS PERSONAS) con la inacción CÓMPLICE de los organismos del Estado (administrados por los gobiernos nacional, provincial y municipales). Un niño pidiendo y trabajando es un explotado, debe ser rescatado y deben ser castigados los responsables.


  • Los "Planes Argentina Trabaja" (o algo así) son un buen título, pero son engañosos. Generan "cooperativas" de "trabajadores" para ser "contratados" por los municipios (y eventualmente  otros organismos del estado). Esto es falso. Son trabajadores "todo terreno" que hacen trabajos que debieran hacer los empleados municipales (barrer calles y veredas, cortar pasto, pintar cordones, postes y árboles) y, de paso, son "carne electoral" para actos partidarios (o de líneas internas partidarias), fiscalizar elecciones y toda la gama de etcéteras. Cubren la "mano de obra no calificada" de la  militancia que, en estos tiempos, es una "profesión" más y no un aporte desiteresado a la sociedad. De paso se siguen "eliminando" los molestos empleados  estatales "de planta", los que están desde siempre y que no "responden" a los gobiernos sino a  los intereses permanentes del estado (esto, al menos, es lo que ocurre en la provincia de Buenos Aires).   Estas personas NO SON COOPERATIVISTAS, son empleados EN NEGRO del mismo estado que le exige (con razón) a los empresarios privados que ofrezcan "trabajo decente y en blanco".  ¿Pueden los militantes que han arriesgado la vida agremiándose en épocas de los gobiernos  de facto avalar esta modalidad? ¿Puedo, habiendo militado toda la vida por los derechos  civiles y sociales permanecer callado ante este "modus operandi" del gobierno que se dice "nacional y popular"?

 
  • Hay un notable crecimiento en los derechos civiles. Esta actualización de los derechos comenzó en 1984 con el retorno a la democracia... no es mérito solamente de determinado partido sino de una actitud más abierta de la sociedad. Pero TAMBIÉN es mérito de los  partidos, especialmente de los populares que, con sus contradicciones, han permitido  realidades que, hace pocas décadas, eran impensables. La modificación que permitió el  divorcio, la de la patria potestad compartida, los nuevos derechos incorporados a la   Constitución en 1994, ahora los matrimonios igualitarios, la provisión de métodos   anticonceptivos, etc. son avances que no deben desconocerse. Es verdad que queda mucho  que hacer para vencer desinformación, actitudes retrógradas, eso es un desafío que, tarde o  temprano, se irá plasmando... son temas que no deben dividir a la sociedad sino que obligan   a un crecimiento colectivo.


  • Los medios de comunicación. Un tema difícil. Ante todo debo manifestar que NUNCA me cayó   bien el grupo económico que incluye al matutino de la cornetita. He visto cómo respaldaron,  como buena parte de la sociedad y esencialmente de los empresarios, al gobierno militar. He  visto y sufrido cómo atacaron groseramente al primer gobierno de la democracia recuperada  en 1983. También he visto cómo ERA EL BOLETÍN OFICIAL de este gobierno hasta la crisis del campo. Allí, al pelearse por cuestiones de intereses económicos, se distanciaron. El gobierno  "descubrió" todos los demonios en este grupo de medios que, no es otra cosa que el agente de prensa de parte del poder económico.   El manejo de la información es un tema difícil de tratar en las democracias de estos años de   tecnología global y medios masivos. Estos medios influyen de tal forma en la sociedad que   pueden "crear" y "des-crear" opiniones, gobiernos, líderes, tendencias... Quien haya leído  "1984" de Orwell verá que esta fábula escrita en 1932 muestra cómo una sociedad puede ser   "manipulada" impiadosamente hasta el infinito por el poder de los medios de masas. Es  esencial que los sectores democráticos debatan y resuelvan este tema de fondo. No es bueno    que haya una corporación estatal de medios como tampoco es buenos que haya una  corporación privada, ambas hacen correr serios riesgos a la democracia. Habrá que ser muy   creativos y desinteresados para poder resolver esta paradoja de la democracia para este siglo.


  • Hoy se debate si los muchachos y muchachas de 16 años deben o no votar. No seré yo quien diga, a pesar de todas las especulaciones pequeñas que haya, que alguien no debe  votar... no puedo hacerlo. Soy de una generación que casi llega a los 30 años sin poder votar,  sin poder manifestar sus ideas, que luchó por este derechos fundamental, no he de pensar siquiera que sea inconveniente... aunque eso signifique que el partido de mi preferencia  "pierda" votos. 

Estos ejemplos, incompletos y analizados someramente (por la extensión de estas líneas y por mis propias limitaciones), indican por qué soy opositor a este gobierno.
 
Pero también manifiesto que no todos los que están en la vereda de enfrente de este gobierno están en la vereda en que estoy yo.

 
Luis Carlos Aguirre

jueves, 26 de julio de 2012


El 26 de julio de 1890 se desató el movimiento revolucionario conocido luego como "Revolución del Parque". Como tal, fracasó, fue derrotada militarmente. Pero su consecuencia inmediata fue la caída del gobierno de entonces y el comienzo de un largo camino de las fuerzas populares por lograr la plena vigencia de los postulados de la Constitución Nacional. La Unión Cívica y la Unión Cívica Radical inmediatamente después de 1891, fueron el instrumento para alcanzar esa meta.

La reparación política y económica que postulaban los cívicos aún no se ha concretado totalmente, es un horizonte, un camino a seguir.

Compartimos una nota, de una revista TODO ES HISTORIA de septiembre de 1968 (una de las "heremcias" de mi viejo) en que, buscando el por qué de la derrota militar del movimiento, se analiza toda una época y el horizonte de las siguientes.

Espero que lo disfruten, son unas cuantas páginas con letra chica, a no desanimarse y leer...

Afectuosamente.

Hacer click en el enlace para ver la nota completa:

La traición a la Revolución de 1890

martes, 3 de julio de 2012

Yrigoyen

El 3 de julio de 1933 moría Hipólito Yrigoyen. Su vida y su trascendencia en la historia argentina es indiscutible. Como todas las personas tuvo contradicciones pero, como pocos, tuvo firmeza en sus convicciones y coherencia en su conducta, esencialmente, en la trascendencia pública de su conducta. Su obra de gobierno ha sido suficientemente analizada y contada, sepa cada cual analizarla y valorar su legado y el rumbo marcado para las generaciones presentes y futuras. Vayan algunos ejemplos de "lugares" en donde procurar la información:
Bosquejo Histórico del radicalismo:
https://docs.google.com/file/d/0B1mUZSsZWVpiMTgyNmY4MmUtMzBlNS00NTljLTg4ZWItZGFkNzQ2MjI3ZWJk/edit

Bitácoras Yrigoyenistas:
http://bitacorasyrigoyenistas.blogspot.com.ar/

Historia y Doctrina de la UCR:
http://historiaydoctrinadelaucr.blogspot.com.ar/
.
Lo esencial de este homenaje, aprovechando el recuerdo de su partida, es ver cómo esa vida y esa lucha nos interpela en el presente.

Retomar a Yrigoyen no es ver el presente con los ojos del pasado sino atender los temas del presente con el rumbo doctrinario y principista de personas como Yirigoyen.

Respeto por los pueblos del mundo, por la dignidad de las personas. Entronizar la ética republicana como un estilo de vida cotidiana. Estos "títulos", aplicados a la circunstancia presente, debieran generar actitudes muy diferentes en los actores políticos  (y en la ciudadanía en general) a las que se ven cotidianamente.

No pretendo reescribir un listado de temas sobe los que actuó Yrigoyen y sobre los que habría que actuar ahora con el mismo sentido y el mismo rumbo que él marcó. Es tiempo de buscar algún libro en la biblioteca, repasar la vida de este actor de nuestra historia y, llenos de entusiasmo aplicar a nuestra conducta y nuestras decisiones políticas lo aprendido.

Seguir adelante, don Hipólito es la consigna.

lunes, 25 de junio de 2012

Paraguay...

Desde Paraguay vinieron a fundar ciudades por el actual litoral argentino. Paraguay fue el primer país de América del Sur en eliminar el analfabetismo, en construir ferrocarriles y astilleros. Todo ello fue destruido en la Guerra de la Triple Alianza en que el Imperio, de la mano de los poderosos de Brasil, Argentina y Uruguay destrozaron su verdadera independencia. Los pueblos de las naciones agresoras se negaban a combatir contra ellos (los "voluntarios" argentinos iban encadenados al frente). Luego fueron víctimas de una guerra fraticida con Bolivia por un incierto petróleo, una guerra entre dos compañías petroleras extranjeras con "mano de obra bélica" local. Después sufrieron la larga dictadura desde 1956 hasta 1989...

Y ahora....

En Paraguay podemos ver una maniobra institucional grotesca. Se amañan las instituciones para darle un tinte de legalidad a un "golpe" que permita la continuidad de los privilegios de los sectores poderosos.

Stroessner (el viejo dictador) puede haber muerto, pero su "diseño institucional" pareciera estar intacto.

Mi solidaridad con el pueblo paraguayo. Un pueblo que viene sufriendo expoliaciones y maltrato desde el fondo de la historia.

Un abrazo militante para quienes resisten.

domingo, 24 de junio de 2012

DE PADRONES, ELECCIONES INTERNAS Y DEMÁS PEQUEÑECES...



Gracias a www.forodefotos.com
No escribo estas palabras para que todos estén de acuerdo conmigo, tal vez logre que varios
(de ambos sectores en pugna) se sientan ofendidos.

Ha sido cuestionado el padrón interno del radicalismo para la elección de autoridades
partidarias. La Justicia Electoral ha suspendido el comicio.

Lo importante no es la anécdota, que hace que ambas listas se crucen acusaciones, con mayor
o menor dosis de chicanas  sin ningún destino útil, pues nadie convencerá a nadie.

Creo que lo importante es la concepción de partido que se tiene y su reflejo en las conductas.
Ambos sectores y/o partes de ellos, han sido aliados y adversarios sucesivamene desde los
albores del retorno a la vida democrática (y no miramos más atrás por dar un corte, porque hay
historia antes...).

Es por eso que hay que bajar el tono y debatir lo importante. Lo que pretende discutirse en
estos momentos es el radicalismo que queremos.

Pienso en una Unión Cívica Radical que, iluminada por sus principios y su protagonismo en la
historia de los argentinos, se ofrezca a la sociedad como una herramienta generadora de
transformaciones y reparaciones necesarias. Creo que estamos de acuerdo la mayoría en la
concreción de una sociedad en que la ética y la solidaridad sean el norte. Con un estado que
garantice los derechos de todos y procure nivelar las desigualdades.

Poder congeniar ese ideal con las ambiciones personales de sus dirigentes y militantes es el
desafío más complejo. Para ello siempre habrán de ponerse adelante los ideales y los
principios. Estos son más profundos que la posición sobre tal o cual tema...
Siempre el apuro de los impacientes o la necesidad de quienes necesitan vivir del
presupuesto ha tratado y, en los últimos tiempos ha logrado, acomodar las decisiones y
posiciones partidarias a sus necesidades pequeñas.

Si la Carta Orgánica establece las condiciones para estar o no en el padrón, ser o no ser
candidato o autoridad, hay que respetarlo. Hemos pasado infinidad de estados de
excepcionalidad en función de los intereses de grupos o dirigentes determinados.

Hoy entiendo que no podemos "premiar" a quienes se consideraron más importantes que el
partido y por necesidades electorales o de sostener una situación de poder, se fueron del
radicalismo y hoy pretenden volver para seguir utilizándolo en su beneficio. Ganen o pierdan
elecciones en sus pueblos, eso es anecdótico... mañana pueden perderlas por el mismo motivo
que las ganaron. No se hace política, al menos en el radicalismo debiera pensarse así,
solamente para acceder al poder sino para mejorar la sociedad en la que vivimos. El poder es
un medio, no un fin en la militancia que queremos.

En el pasado no muy remoto otros sectores "necesitaron" padrones sin depurar para asegurarse
alguna posición. Tampoco podemos olvidar así como así la vergonzante asociación con De Narváez.

Entonces si hoy, finalmente, después de tantos golpes contra el "muro" de la
realidad (por no usar el "casco" de los principios),  se necesita depurar los padrones como
garantía de transparencia y como reflejo de una verdadera "depuración" de las conductas,
bajemos un poco de la motocicleta de las chicanas fáciles... ese método dejémoslo para el
gobierno nacional y sus parientes pseudo opositores.

Es verdad que al radicalismo hay que hacerlo con todos los radicales. Que vuelvan los que
quieran volver, haciendo el correspondiente "mea culpa". No vienen a salvar a nadie, el
radicalismo no necesita que lo rescaten de nada.

También es cierto, como decía Lebensohn en la década del cuarenta, "tenemos el radicalismo
lleno de conservadores". Por ello hay que demarcar las acciones y objetivos liberándolos de
los oportunismos electorales como, también, hace el gobierno y su parentela.

La política de alianzas ha de ser clara y no estar marcada por las encuestas. No busquemos
ser los voceros de los poderosos desencantados, esos mismos que, cuando gobernaba Raúl
Alfonsín (o antes a Illia) boicoteaban todo lo que podían porque sabían que era un gobierno que buscaba el beneficio de la sociedad y no de "los socios". Si esta actitud significa un concejalito
menos o una intendencia menos, bueno, será la voluntad del pueblo.

Adelante los que quedan... que se parta de una vez y deje de doblarse...

martes, 1 de mayo de 2012

El 1º de Mayo un día de lucha...

El 1º de Mayo no es un día para festejar sino para conmemorar y comprometerse. En 1886 los "Mártires de Chicago" fueron ajusticiados solamente por ser luchadores por los derechos de los trabajadores y, esencialmente, por su ideología anarquista. Esta corriente de pensamiento político fue deformada y simplificada haciéndola sinónimo de desorden y descontrol, cuando en esencia, es todo lo contrario. Promueve una sociedad tan organizada y justa que carecería de necesidad de tener "estado", "fuerzas de seguridad" y todo resabio de coherción y violencia. Más allá de la valoración que podamos hacer de este ideario, sus seguidores han dejado (y dejan aún) en la humanidad una enseñanza de integridad ética admirable.

Los Mártires de Chicago han dejado una enseñanza y un ejemplo que va más allá de los derechos que reinvindicaron (la jornada de 8 horas y el descanso semanal... hoy parece poco ¿verdad?). Su sacrificio deben ser un horizonte de compromiso con la justicia, el respeto por los demás y la necesidad que la ambición por el lucro tenga un límite... el límite de la dignidad humana.

Con afecto,

Luis Carlos Aguirre

Ver:
http://es.wikipedia.org/wiki/Revuelta_de_Haymarket#Las_condenas

https://docs.google.com/presentation/d/17H-o8Z1u_3jD1ekesbOMhmOFfzmjGp1tAk7YyC1FsPI/edit

miércoles, 18 de abril de 2012

YPF, de ayer a hoy. El legado de Yrigoyen

 por Diego Barovero*



El descubrimiento del petróleo argentino en 1907 dió origen a una política nacional sobre los yacimientos; el presidente conservador José Figueroa Alcorta decretó la creación de una Reserva estatal sobre los mismos utilizando para ello la Ley de Tierras. Luego Roque Saenz Peña, a instancias de su Ministro de Marina Saenz Valiente creó en 1912 la Dirección General de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia. Al frente de esta repartición el Ing. Luis Huergo denunció en 1913 las maniobras de la Standard Oil tendientes a impedir la explotación estatal, mediante la obtención de concesiones sindicalizadas e inoperantes temporariamente, que abarcaban gran parte del territorio nacional y la casi totalidad de los territorios nacionales, en especial la Patagonia. Las maniobras para extranjerizar la extracción y explotación de nuestro petróleo fueron revertidas por el presidente radical Hipólito Yrigoyen, a quien debe reconocerse además como autor estratégico de una política petrolera con sentido nacional y estatal, circunstancia que se puso de manifiesto en la decisión de fundar  Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1922 casi sobre el final de su mandato.



Es que Yrigoyen fue el primer presidente en comprender en su real significado la trascendencia de la cuestión sobre el manejo petrolero y, especialmente, la importancia de su explotación exclusiva y soberana por parte del Estado Nacional, en cuanto a la captura de las rentas derivadas y su inversión en pos de la elevación del nivel de vida de los desposeídos, el crecimiento industrial con su paralela ruptura del modelo de la dependencia no competitiva vigente hasta entonces y la ocupación efectiva del territorio nacional en base a la explotación integral de los hidrocarburos.



Sostenía Yrigoyen que “A fin de evitar que se repita lo ocurrido con el suelo fiscal y conservar los beneficios del petróleo para el pueblo de la República, es menester organizar un régimen legal que consulte las exigencias del interés de la Nación, poniendo en manos del Estado el dominio efectivo de los yacimientos petrolíferos y confiriéndole el monopolio de su explotación y comercialización”.



Interesa señalar que los lineamientos de política energética enunciados por Yrigoyen siguen vigentes en la mayoría de los países del mundo; ya que como se sabe, el petróleo es un bien estratégico vinculado a los intereses vitales de las naciones.



La acción de Yrigoyen, de su continuador en la presidencia Marcelo T. de Alvear y del coronel ingeniero Enrique Mosconi el primer director de YPF permitieron que el 1º de agosto de 1929 se concretara la toma del mercado de los combustibles líquidos. Fue la culminación de un sueño soberano. Mosconi afirmaba: “El 1º de agosto de 1929 es una fecha memorable en la organización económica de la Argentina y por ende de la América del Sud”…”Un siglo antes se inició en el Plata el proceso de la independencia política de América Latina, en aquella campaña heroica que hizo sus primeras armas en San Lorenzo, tomó cuerpo en Chacabuco y Maipú y, luego de pasar por Lima, termina en Junín y Ayacucho, cerrando allí el período de dominación de España en el Nuevo Mundo. Pues bien, a semejanza de aquel gran movimiento continental que dio independencia política a nuestro continente, se encuentra en marcha el movimiento queterminará conquistando la independencia económica para nuestra América”…”El primer capítulo tiene realización feliz en Buenos Aires el 1º de agosto de 1929, fecha en que nuestro país rompe los trusts petrolíferos que hasta entonces impusieron sus exigencias y da a la América Latina el ejemplo y el impulso inicial del movimiento que se ha transmitido a algunos países hermanos, México, Colombia y Uruguay, entre ellos y que se propagará irremisiblemente a los demás pueblos de nuestra raza, hasta el establecimiento de la independencia integral de Sud América. Esta visión no encuentra fantasía ni ultra optimismo como parecía en el año 1922, cuando anunciamos que en nuestro país abatiríamos los trusts, proyecto que se imaginó fantástico pero que fue realidad magnífica siete años después”….”desde el 1º de agosto de 1929, fecha en que los trusts inglés y norteamericano quedan definitivamente rotos en nuestro país, los habitante de la República no sufren más imposiciones que las emanadas de su propio gobierno que decide libre de ingerencias extrañas en todo lo relativo al combustible líquido y empiezan a volcarse tierra adentro los millones que hasta entonces tomaban el camino del mar”…”La República Argentina se ve libre de todo peligro y acechanza que pudiera perturbarla o detenerla en su marcha a su futuro engrandecimiento y bienestar”. Quedaba pendiente la segunda parte del Plan de Yrigoyen y Mosconi: la nacionalización del petróleo y la expulsión definitiva de los trusts internacionales; no cuesta mucho entender la injerencia de las petroleras privadas extranjeras en el golpe del 6 de septiembre de 1930.



La Ley de Nacionalización que no pudieron conseguir Yrigoyen y Alvear se plasmó en el artículo. 40 de la Constitución Nacional de 1949. El autor del mencionado artículo fue el miembro informante de la mayoría de la Comisión Revisora de la Constitución Arturo Sampay, destacado constitucionalista, a quien junto con el Presidente de la Convención –y también Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Domingo Mercante- se debe su inclusión. “Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación…”. Decía Sampay: “No puedo menos que recordar con emoción a aquel gobernante argentino, Hipólito Yrigoyen, que pocos meses antes de su derrocamiento decía `que el subsuelo mineral de la República no puede ni debe ser objeto de otras explotaciones que las de la Nación misma`.



Esos lineamientos trascendieron las diferencias partidistas a través de varias décadas en la República Argentina hasta el advenimiento de la gestión peronista de Carlos Menem y desde entonces han continuado casi sin interrupción hasta la decisión presidencial anunciada ayer por Cristina Fernández al intervenir la empresa cuyo paquete accionario mayoritario detenta una empresa privada española y enviar un proyecto de ley al Congreso para recuperar YPF y la renta hidrocarburífera para la nación.



La existencia de una YPF nacional estatal le permitió a la Argentina lograr no solamente un cierto grado de desarrollo económico y equidad social, sino también construir hasta 1989 la casi totalidad de la infraestructura energética –reservas, ductos troncales y auxiliares, represas hidroeléctricas- y vial y la colonización de zonas desérticas como la Patagonia, a la par que permitían el financiamiento de los servicios públicos esenciales, tales como electricidad y transporte. A todo eso renunció nuestro país a partir de la implementación de una política privatista a ultranza desde los años 90, cuyos efectos nocivos al interés nacional pueden empezar a ser revertidos a partir de una decisión política acertada del gobierno que merece el consenso generalizado de las fuerzas políticas populares y democráticas argentinas.



*El autor es abogado, historiador y vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano Ley 26040
de Diego Barovero, el Martes, 17 de abril de 2012 a la(s) 18:18 · Subido a Facebook por "UCR Modeso", muchas gracias.

martes, 10 de abril de 2012

Semana Santa 1987

 
El mes de abril de 1987 fue especial para toda la sociedad argentina. Luego de los acontecimientos que demostraron una reafirmación de la voluntad de continuar y profundizar la democracia recuperada en 1983 hubo versiones, rumores, "reescrituras"  tendientes a desacreditar esta circunstancias. La "cultura del proceso" seguía (y sigue) trabajando por sostener las prebendas de los privilegiados convirtiendo la vida democrática en una liturgia vacía de contenido para hacerla funcional a sus intereses. Esto sobrepasa la competencia electoral de los partidos y grupos políticos.

Es necesario recordar que aquel levantamiento tuvo origen en la negativa de un oficial del ejército (el mayor Barreiro) a presentarse a declarar en una causa por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, desconociendo la jurisdicción de los jueces civiles sobre los militares. En vez de presentarse al juzgado se refugió en una unidad militar de Córdoba y esta se autoacuarteló negándose a entregar a Barreiro a las autoridades judiciales. En solidaridad con esta actitud la Escuela de Infantería de Campo de Mayo se sublevó liderada por el entonces teniente coronel Rico. Se los llamó
"carapintadas" por usar el camuflaje de combate durante el alzamiento.

De cualquier manera lo que pretendo es contar los recuerdos de militancia de aquellos días en el "pueblo chico", en el ámbito de actuación que teníamos como miembros de la Juventud Radical. Como el foco principal de ese primer alzamiento contra la democracia luego de 1983, estaba localizado en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, nuestra presencia estaba en la primera línea puesto que este acantonamiento militar es parte del territorio de nuestro municipio (tanto de General Sarmiento en aquel tiempo como en la actualidad del municipio de San Miguel).[1]

El gobierno municipal de aquel tiempo era del justicialismo. El Intendente era un viejo militante peronista, Remigio López, exponente de una generación de luchadores que habían entendido que la democracia excedía la competencia partidaria y en esos tiempos fundacionales de la nueva democracia supo estar a la altura de los acontecimientos. El radicalismo tenía una importante representación institucional con diez bancas sobre las veinticuatro del Concejo Deliberante[2]. Asimismo el gobierno provincial y nacional eran radicales. Las relaciones con el peronismo local, vistas a la distancia, eran cordiales dentro de una competencia que, además de los condimentos folclóricos, contenía un profundo compromiso con las instituciones. Esas actitudes irían cambiando luego,  con la irrupción del "menemismo-duhaldismo" (1989 en adelante)... pero eso es una historia posterior.

El temor a un avance de los sublevados sobre las instituciones locales (todavía estaban frescos los acontecimientos del gople de 1976) generó un especial compromiso de los militantes locales. Es por eso que se acordó con el oficialismo local que la militancia, especialmente la juvenil, debía "cuidar" el municipio.

Las juventudes de ambos partidos no se hicieron esperar. Los muchachos de la jotapé "coparon" el departamento ejecutivo y los radicales nos "acantonamos" en el Concejo Deliberante (en ese entonces en el primer piso del viejo palacio municipal de la calle Sarmiento 1551 de San Miguel).

Durante los días que duró la sublevación permaneció la municipalidad de General Sarmiento "custodiada" por las juventudes políticas, especialmente por la de los partidos mayoritarios: la Juventud Radical y la Juventud Peronista. Ambos grupos competían por tener mayor presencia y organización para enfrentar un acontecimiento del que no se sabía cómo continuaría.[3]

Otros muchachos, más fogosos, se sumaron a la multitud que se agolpó frente a los portones de la Escuela de Infantería, dentro de Campo de Mayo. "Cara a cara" con los "carapintadas" los invitaban en todos los tonos a deponer su actitud. Hubo, incluso, una delegación oficial del Concejo Deliberante, en que miembros de ambos bloques instaron a los militares sublevados a aceptar el orden constitucional y respetar el accionar de la justicia.

Había un gran compromiso pero también temor. La dictadura era muy reciente, el juicio  a las juntas militares había ocurrido hacía pocos años y el pensamiento totalitario era aún muy fuerte en la oficialidad. Esto hacía temer que una nueva ruptura del orden constitucional fuera más sangrienta y dura que el horror del que se acababa de emerger.

Puedo recordar algunas personas y algunas circunstancias anecdóticas que reflejan el estado de tensión en que se vivía. Frente a Campo de Mayo un militante radical muy comprometido, vinculado al sector interno conocido como "Junta Coordinadora", tenía una ferretería[4]. Este negocio servía como lugar de reunión habitual de sus amigos y correligionarios. Durante esos días de la sublevación estuvo especialmente concurrido por todos, los de la coordinadora o de quienes no lo éramos. También era habitué un comerciante vecino recién incorporado al radicalismo. Este vecino, cuando la situación no se resolvía y los militares no deponían su rebeldía, preguntó muy seriamente "por las armas de la Coordinadora"... los amigos se miraron entre ellos sorprendidos y le respondieron que "no había armas de la Coordinadora" ante la insistencia del "nuevo correligionario". Con el paso del tiempo se supo que este vecino en realidad era miembro de los servicios de inteligencia que se había "incorporado" a la Coordinadora pensando en la leyenda de "los montoneros de Alfonsín" (una de las tantas tonterías inventadas por la derecha totalitaria en aquel tiempo).

También recuerdo que el entonces Subsecretario de Interior, vecino del distrito (Francisco "Lito" Mugnolo) le pidió a los militantes que fueran a ver qué ocurría en Zárate con la unidad militar al mando del general Alais que debía reprimir el alzamiento y no llegaba nunca. El entonces concejal Luis "Beto" Vásquez y el Secretario General de la J.R., Edgardo "Ruso" Ostrowsky, fueron hasta el lugar. Pudieron informar a su regreso (no había celulares en aquel entonces) que los militares encargados de la represión del alzamiento estaban acampados en Zárate "tomando mate". Es decir, no reprimirían a sus camaradas...

Estos hechos ocurrieron esencialmente entre el jueves santo (16 de abril) y el domingo de pascua (19 de abril) de 1987[5]. Para el sábado el tema estaba estancado, evidentemente el general Alais y sus tropas no llegarían nunca. Se convocó a la ciudadanía a la Plaza de Mayo para el día siguiente. Allí estuvimos los militantes desde la mañana. El Presidente salió al balcón y anunció que concurriría personalmente a instar a los sublevados a deponer su actitud. Un gran silencio invadió no solamente a la multitud sino al estado de ánimo de todos. Se vio partir el helicóptero y recuerdo el estado de tensión y angustia en que quedamos todos. Muchos pretendían "acompañar" al Presidente Alfonsín, pero se pedía especialmente que nadie se moviera de la plaza. Transcurrieron las horas hasta que, de regreso, el Presidente, acompañado por dirigentes de la oposición y de la CGT, anunció el fin del alzamiento y el apresamiento de los confabulados.

Lo demás es historia de otro orden. Si bien tenemos nuestra opinión formada, sabemos de la valentía y firmeza del Dr. Alfonsín (confirmada en estos días por el propio Rico) que no cedió a las pretensiones de los carapintadas. Las leyes posteriores eran consecuencia de lo establecido en la plataforma partidaria sobre el tema. Pero todo esto no es tema de estas líneas que, simplemente, pretende recapitular recuerdos de la "militancia hormiguita" (al decir de una militante de aquel tiempo), la de a pié, la todos los días. Es de destacar que, en aquellos años, la militancia política no era una "profesión" sino una actitud de vida, un compromiso que se ejercía cotidianamente. Al comité se iba luego de salir del trabajo o de volver de la facultad. Cosas del pasado...[6]

Luis Carlos Aguirre

Ver también: No hay sangre en la Argentina - 1987 (por "Javier Roldán"):
https://docs.google.com/open?id=0B1mUZSsZWVpieWllRVZuZG5EMk0

[1] En 1995 el Partido de General Sarmiento fue dividido en tres: San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas.

[2] Los concejales radicales de aquel primer Concejo Deliberante de la democracia recuperada: BENEMIO, Francisco Pablo (Coco); VASQUEZ, Luis (Beto) Alberto;SARLI, Elcio Alcides; FRANCO, Leopoldo; MARTINEZ, Edgardo Aníbal; GIACOY, Alberto (Beto); DE BRITO, Angel Mario; NIETO, Rodolfo Guido; TAVELLA, Eduardo Alberto; RODRIGUEZ DE FERIOLI; Haydée.

[3] Entre los jóvenes radicales había un estudiante de medicina de la localidad de Muñiz, Gustavo Isla Casares que había previsto la posibilidad de tener que atender heridos y reunió elementos para esa eventualidad. No se lo tomó muy en serio en esos momentos, pero su preocupación no era tan alocada.  Este muchacho, en los años siguientes, luego de recibirse de médico se inscribió en la Cruz Roja y actuó en la República de El Salvador. Fue muerto por el ejército salvadoreño junto a unas religiosas acusándolos de pertenecer a la guerrilla que en aquel tiempo actuaba en la zona selvática.

[4] Se trata de Héctor David Suárez. Con él se reunían los amigos del “Ateneo Juan N. Taborda” representantes de la “Junta Coordinadora” en la ciudad de Bella Vista. Militaban de manera destacada en él Don Benancio Acosta (así con “B” larga) (que fuera concejal en la década del ’60), sus hijos Humberto y Carlos Juan, Don Mario Villalba y sus hijos, principalmente Carlos. Muchos de ellos aún militan y son un punto de referencia del radicalismo de su pueblo.

[5] Obviamente nos referimos al calendario litúrgico católico de rito latino.

[6] Puedo recordar algunos nombres de militantes juveniles de aquel tiempo que, espero no generen polémica entre los que menciono y los que olvido: Rubén Perissé (miembro del Comité de Juventud, llegaría con el tiempo a ser concejal), Silvia Fernández, Ani Olachea, Alfredo Olachea (hijo), Osvaldo Cañelas, Fernando Voces, Juan Alberto De Franco,  Ernesto Suárez, Claudia Alonso (la militante hormiguita), Claudia Campdepadrós, Marta Santaliestra, Fabián Cabo, Orlando Arrúa, Leandro y Claudio Manassali, Jorge (Pitufo) Naveda,  Nacho Edorna y su esposa Susana, Eduardo Martínez, Silvia Balbi, Juan Manuel Messiga, Horacio Biaggini, Santos Isasi, Adriano Markulin, Gustavo Isla Casares, Marcelo Di Mario, Sergio Rodríguez, Haroldo Villafranca, Alejandro Bargueño, “El Gaucho” Soraidez…, Hernán Rodríguez, "El Sordo" y Sandra, Jorguito Cunto, Hernán Paz, Graciela S. Blanco, Adriana Medina.

domingo, 11 de marzo de 2012

Recordando a don Raúl...




El 12 de marzo puede ser una oportunidad de recordar a don Raúl Alfonsín. Recordar su cumpleaños sin él presente parece no tener sentido más que para sus seres queridos. Para el resto podría esperarse una fecha que, incluyendo su protagonismo, nos ayude a ver su legado político y ético.


Podría pensarse en el 10 de diciembre. Esa fecha que, siendo presidente electo, determinó para asumir sus funciones es todo un mensaje. En el momento de tomar la decisión fue un símbolo, el primer (o tal vez el segundo) "mazazo" al poder de facto que pretendía condicionar la consolidación institucional de la república. Haber elegido el día internacional de los Derechos Humanos fue un desafío y un programa de acción, mal que les pese a los que aún pretenden ponerlo en duda.



Pero se da la oportunidad de plantearlo en esta fecha, en que vemos una "forma de ejercer el poder" bastante alejada del estilo de don Raúl, más allá de no poner en duda en absoluto la legitimidad de origen que tienen las actuales autoridades.

 Lo importante de los hechos y actitudes del pasado es que nos sirvan para entender y reorientar el presente.

En un trabajo realizado en 1989  para los estudiantes secundarios, subido a este "blog”, repasamos las propuestas electorales del radicalismo para las elecciones de 1983. En una síntesis de cien puntos podían resumirse las propuestas y fue muy sencillo para quienes militábamos en aquel tiempo, recorrerlas y analizarlas. Remito a ese modesto trabajo para el recuento general de su paso por el gobierno[u1] . Pero su presencia en el Poder Ejecutivo Nacional fue mucho más que eso.

Un "estilo" de ejercer el poder y de plantear la cuestión política. Antes de asumir ofreció a su principal contrincante en las elecciones, el Dr. Luder, a presidir la Corte. En la representación institucional como en las cuestiones políticas, siempre buscó la integración y la unidad nacional. El mentado "tercer movimiento histórico" que fuera planteado en aquel momento, no pretendía armar un "supra-partido" sino poner por delante los temas esenciales de la nación para que, cualquiera fuese quien ejerciera el poder, esos temas estuvieran por delante. Las miserias humanas no permitieron que esas propuestas se afianzaran. Quienes solamente están pensando en el poder como plataforma para sus pequeñas ambiciones lo impidieron.


Sin embargo don Raúl no se dio por vencido. En la primera oportunidad, cuando el presidente que estaba en el poder necesitaba modificar el texto constitucional para ser reelecto, aprovechó para legar a la institucionalidad un "proyecto de acción" que se plasmó (con imperfecciones, por supuesto) en la Constitución de 1994. No vamos a enumerarlos aquí. Tome cada cual el texto y analícelo... hay mucho para construir a partir de él. Mucho para comprometerse y luchar.

 El gran gesto de don Raúl fue el de integración, dejando afuera la idea de "ajuricidad", es decir de burlar las normas, de convertir los derechos y deberes consagrados en las leyes en papeles mudos, en letras escritas en alguna lengua muerta del pasado. No debemos tomarlo así. Son un horizonte, un programa de lucha para el presente.

 La unidad en la diversidad, el respeto por el otro aunque piense diferente, el respeto por las leyes, la búsqueda de cambios sociales y políticos que promuevan el bienestar general y garanticen la dignidad de los individuos y de los grupos sociales por sobre los grupos de poder de facto.

Lograr una sociedad integrada, en que el Estado promueva la nivelación de las desigualdades y garantice los derechos y obligue a los deberes de todos. Parece una definición de manual escolar, pero ha de ser el principal objetivo de todo gobernante de todos los niveles (desde un modesto Concejo Deliberante hasta la Presidencia de la Nación). También ha de ser un “lema” de todos los ciudadanos desde la más tierna edad.

 Esta lógica de “amigo-enemigo”, de “vamos por todo” que se ha impuesto, genera una violencia conceptual innecesaria y, lo que es peor, dañina para las instituciones y para el pueblo en general. Pensar una sociedad en que solamente estén “los amigos” y los demás “afuera” (o “abajo…”) es una lógica de patoteros, así nada se puede construir que sea duradero. La sociedad hay que construirla con todos, no puede “eliminarse” al que piensa diferente (ni siquiera hoy se considera al que puede “pensar parecido”).

Creer que la legitimidad obtenida por los resultados electorales genera impunidad para subirse a las leyes y las instituciones, manipulándolas  en beneficio propio y de “los amigos” es una tentación en la que han caído quienes ejercen el poder en los últimos tiempos.

Esto, como se ha dicho, genera una violencia latente que en cualquier momento y por la razón más nimia, explota y se lleva en la explosión a todos… Es la invitación a los nostálgicos de las dictaduras.

La sencillez republicana y la ética han de recuperarse con urgencia. Es lo que distingue a las sociedades serias, las que basan el progreso en el esfuerzo y hacen que los gobernantes sean un emergente sano de su pueblo, sin importar demasiado sus nombres o su personalidad, respetuosos de las normas y de sus conciudadanos.

Recordar a don Raúl, como a todas las grandes personalidades, no debe ser un ejercicio de nostalgia sino una oportunidad para ver en su legado y en su conducta un desafío para el presente.

Es imprescindible pensar una actitud nueva que supere este festival de corrupción y soberbia que ningún porcentaje electoral puede justificar.

Tal vez no sea oportuno decir estas cosas, pero me parece que es imprescindible.




 [u1]“Bosquejo histórico de la Unión Cívica Radical”